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jueves, 17 de marzo de 2016

la semana santa que oculté

Todavía me acuerdo de esta época en la que poco a poco he ido dejando a un lado mis visitas a estas procesiones que llenan y alegran a muchos seguidores ya sean creyentes o simplemente gente de paso o que acuden por cumplir y quitárselo de en medio.

Yo iba con mis tías y ahora que estoy carente de una de ellas ya no tiene mucho sentido acudir a ninguna...

También acudía con mi pareja que tenia por aquí en Málaga y por su hermanita con la que tan bien me lo pasaba pero tampoco se puede comparar a mi niñez que era casi a diario mi presencia en este evento.

Pero de todos los recuerdos buenos que tengo de pequeño, también hay uno malo de mi etapa adulta en la que tuve que mentir a la persona que me quería para poder visitar a una amiga que le hacia ilusión que acudiera ver los tronos de su ciudad.

No fui solo ya que era mucha carga para mi todo esto y conforme pasaban las horas del día mas mal me sentía debido la carga de responsabilidad de llevar un coche a esa distancia sin ser gran conductor, o el intentar que no se diera cuenta mi pareja o incluso que el cariño que tuviera a mi amiga no pudiera demostrárselo debido a la incomodidad de estar lejos de mi ciudad natal con gente que no conocía y sin saber que hacer para sacarme esas ideas de mi cabeza.

Maldita sea, mi pareja me esta llamando... debo cogerlo pero con tanto ruido y música de semana santa sabrá que he salido y no me he quedado en casa...

Por suerte no fue así y logre salirme con la mía hasta pude reírme de la situación pero solo de forma temporal ya que quedaba poco para irme y llego el momento de la despedida.

Voy y me situó delante de mi amiga y ante la impotencia de creer que he desaprovechado el día con ella o incluso pensar que he sido mala persona por ocultárselo a mi pareja, me vine a bajo y no pude controlar las pocas lagrimas que me brotaron.

Intentó consolarme pero como bien me dijo ella, no sabia que hacer en esas situaciones por lo que no podía culparla por la causa de mi dolor, todo eso me lo busqué yo solo por no estar preparado a la situación en la que me había metido.

Había viajado tan lejos por una amiga a costa de estropear mi relación, cualquier otra persona hubiera sido mas listo y no tan tonto como yo y hubiera hecho mas cosas, algunas innombrables y otras bastantes pícaras y sin embargo ahí estaba yo intentando comportarme como lo que yo creo que es un hombre ya que así es como he crecido, intentando satisfacer a quienes me rodean y en el caso de una mujer siendo mas detallista y preocupado, pero esta lucha que tuve en mi interior aquel día no pude contarle nada a aquella persona y tampoco creo que le pudiera importar mucho lo que sintiera y mi pareja por aquel entonces no estaba preparada para oírme esas penas y locuras que me rondaban por aquel entonces  que me acabaron atando hasta que se saciaron de mi y se esfumaron dejando este cascarón del que por lo que veo ya no atrae el interés de nadie ya que la felicidad que rebosaba en él se marchó.

Sigo contando los días que paso en el trono helado de mi morada y no se si saldré siendo el mismo o si acaso me moveré de él...

Así que...

Abandonad este lugar y no volváis nunca.











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